skip to main |
skip to sidebar
La organización social y la economía fue cambiando através de la historia japonesa, se pueden diferenciar en etapas o épocas en la que aparecen distintos gobernantes.
1. Japón feudal o Shogunado (1192-1603)
En 1192 Miramoto establece la capital política en Kamakura, desde donde gobierna en nombre del emperador, que permanece en Kyoto (capital imperial). Se trata de un feudalismo de las provincias, sometiendo al pueblo mediante la austeridad y la estricta moral del confucionismo.
Desde el siglo XIV se debilita el poder de los samurais en favor de una nueva clase social: los daimyos o señores feudales, que se hacen prácticamente independientes en sus dominios.
2. El aislamiento: período Edo o Tokugawa (1603-1867)
En 1603 se establece la capital en Edo, manteniéndose Kyoto como capital imperial. Es un período de aislamiento. Los Tokugawa gobernaban como una dictadura militar feudal y altamente jerarquizada.
Se inicia una agricultura orientada hacia un mercado, con relaciones socioeconómicas, y surge una industria manufacturera para las clases privilegiadas. Aparecen formas desarrolladas de organización financiera y comercial, con una eficaz red de comunicaciones.
La política aislacionista (Deshima era el único puerto exterior) fue una de las causas de la caída del shogunado. Al final del período había descontento por las crecientes dificultades socioeconómicas. El impacto de la apertura del comercio con Occidente aumentó las tensiones.
En 1868 se proclamó la Revolución Meijí, con poca resistencia de la casa Tokugawa, y quedó abierto el camino al progreso.
3. La Revolución Meijí (1867-1912) y la apertura hacia el progreso
La Revolución Meijí abandona el feudalismo y el aislamiento, iniciando un proceso de modernización política y económica, y una vuelta al poder centralizado. Sentando los principios de la democracia parlamentaria. La población tenía un alto nivel educativo. Se creó un moderno ejército de samurais que se embarcó en una ambiciosa política exterior.
La llegada de tecnología y bienes de equipo impulsó la productividad, creciendo la industria de la seda y del algodón. La acumulación de capital permitió la diversificación industrial, mejoraron las comunicaciones y su agricultura era la más avanzada de Asia.
La economía seguía con un carácter dual, manteniendo la agricultura e industria a pequeña escala junto a los grandes zaibatsu (grandes holdings dominados por una familia).
El rápido crecimiento económico por la expansión colonial abrió nuevas oportunidades a la inversión, y Japón se convirtió en un moderno estado industrial, creador de competitivos productos manufacturados. El fin de la Segunda Guerra Mundial puso término a este proceso.
4. La recuperación y el espectacular despegue económico
Al final de la Segunda Guerra Mundial, Japón sufrió un fuerte retroceso en su actividad económica (imposibilidad de abastecimiento desde sus colonias, industria colapsada, repatriaciones, desmantelamiento de fábricas, etc.).
Las reformas impuestas por los aliados en la Constitución de 1947 supusieron profundos cambios en la vida socioeconómica, sentando las bases de la actual economía japonesa:
- El emperador asumía un carácter puramente simbólico.
- Reforma de la tierra, permitiendo el acceso de numerosos campesinos a la propiedad.
- Desmantelamiento de los zaibatsu.
- Aumento de la demanda de productos japoneses por la guerra de Corea.
A partir de 1952 la economía nipona creció una media del 10% anual, gracias a diversos factores (Elevada tasa de formación de capital ,el papel del Estado como impulsor del desarrollo,Altos niveles de educación)
En Japón, la crisis energética de 1973 fue más lenta que en el resto de países. Logró relanzar de nuevo su economía (con un crecimiento por encima de EE.UU. y Europa Occidental) mediante una política de racionalización en el uso de la energía y potenciando fuentes alternativas.
El gobierno reorientó el desarrollo hacia las nuevas tecnologías en detrimento de la industria pesada. A finales de los ochenta, Japón tenía el mayor imperio financiero del planeta, y su pujanza comercial e industrial iban en aumento.
A la muerte del emperador Hiro-Hito en 1989, le sucede Aki-Hito, entrando en la Era Hesei. La euforia económica comienza a dar síntomas de debilidad a principios de los noventa, y en la actualidad Japón lucha por la internacionalización de su economía para afianzar su papel mundial.
5. Integración de Japón en el concierto económico mundial: el dinamismo del comercio exterior
Japón ha tenido un asombroso crecimiento desde la Segunda Guerra Mundial, especialmente desde principios de los años 50 y hasta la crisis del 1973, aunque el crecimiento sigue alcanzando valores superiores al resto de los países. En este crecimiento tiene gran importancia el comercio interior (con un mayor consumo) y el exterior.
0 comentarios:
Publicar un comentario